PIENSO, luego existo...

Los invito a conocer mi blog...



En él encontrarán información general sobre Educación, Psicología, Filosofía, salud; artículos de autoayuda y claves para vivir mejor; además de artículos de mi autoría.



También videos, películas y libros recomendados, reflexiones, y mucho más...



No se olviden que doy clases particulares de Psicología y Filosofía!!



Entren al blog y encontrarán más info... dejen sus comentarios, y compartan el vínculo para que me conozcan. Jimena.



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Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
Prof. de Psicología.

jueves, 14 de octubre de 2010

Expouniversidad, del 20 al 24 de octubre.

Del 20 al 24 de octubre se realizará, como todos los años, Expouniversidad, con la participación de más de 250 Universidades e Institutos terciarios, para ayudar a los adolescentes y, por qué no, adultos a elegir una carrera acorde a sus necesidades.
Los stands de las universidades estarán organizados en dos pabellones: uno nacional y otro internacional. Habrá talleres, charlas y debates.
Funcionará en el Salón Ocre de La Rural, en Palermo.
El precio de la entrada es de $24.

Día Mundial de la Espirometría

Según ha informado La Nación, hay por lo menos 4 millones de adultos en el país con EPOC y muchos de ellos no lo saben porque una etapa de la enfermedad ocurre sin presentar sintomatología.
Esto se debe a que los médicos no recomiendan, junto con los exámenes de rutina, la espirometría, la cual se utiliza para evaluar la salud pulmonar y detectar enfermedades como el EPOC, el asma, las neumonías y el cáncer de pulmón.
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Espirometría, para crear conciencia de que la mayoría de esas enfermedades respiratorias son tratables.
"Médicos y técnicos de la Fundación Argentina del Tórax realizarán hoy, de 9 a 18, espirometrías gratuitas. Quienes deseen conocer el estado de su salud respiratoria podrán concurrir al Teatro de la Comedia (Rodríguez Peña 1062), a la sala Casals del Complejo La Plaza (Av. Corrientes 1660) y las sedes de la Universidad Católica Argentina. Si el resultado es anormal, se entregará una carta para el médico de cabecera."

sábado, 18 de septiembre de 2010

La educación científica, ¿un derecho social?

Para Nora Sabelli, es "la entrada al futuro".

La disponibilidad cada vez mayor de información sobre todo lo que nos rodea generó una tendencia en el mundo que ya plantea que la educación científica es un nuevo derecho social.


"La alfabetización del siglo XXI incluye ciencia y tecnología, y no estamos hablando de la educación para seguir carreras científicas, sino de la alfabetización básica de todo ciudadano para entender ciencia y tecnología. Esa es la entrada al futuro", explicó a LA NACION la doctora Nora Sabelli, asesora científica senior del Centro de Tecnologías para el Aprendizaje del SRI International, el ex Instituto de Investigación de Stanford, en los Estados Unidos.

De paso por el país para dar la conferencia de clausura de las 39as. Jornadas Argentinas de Informática, la doctora en química por la UBA puso como ejemplo: "La biología que tengo que conocer es la que necesito para hacerle preguntas a mi médico, por ejemplo. La física que necesito saber es la que me sirve para hablar con el mecánico de mi auto. Hoy enseñamos ciencia para ser científicos. Hay que empezar a mirarla de otra manera, y eso es lo que nos da la tecnología".

Para lograrlo, no basta con entregarles computadoras a los alumnos. Es necesaria también una preparación docente, que no esté separada de la universidad, y orientada a ayudar al alumno a analizar un problema y hallar la solución. Todo junto con un plan piloto previo a la implementación del programa educativo final.

"No estamos preparando a los chicos para mañana, sino para dentro de cinco o diez años", recordó la doctora Sabelli, que regresará al país para recibir el Premio Raíces junto con otros diez científicos argentinos que trabajan en el exterior y fueron seleccionados entre más de 300 de la Diáspora.

Fabiola Czubaj
Fuente: La Nación.

martes, 7 de septiembre de 2010

"La universidad debe ocuparse de las fallas del secundario"

Entrevista.
Para Manuel Mora y Araujo, la tarea es "despertar en los alumnos el interés por aprender"

Mariano de Vedia


LA NACION


"Las universidades deben empezar a ocuparse de los estudiantes secundarios, porque tenemos un problema muy serio en la Argentina y en el mundo."

Diez meses como rector en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) le bastaron al abogado, sociólogo y educador Manuel Mora y Araujo para advertir que llegó la hora de que el sistema universitario aporte su esfuerzo para ayudar a corregir la mala formación con la que los estudiantes llegan a la educación superior.

Las deficiencias de la enseñanza media constituyen a su juicio el problema más grave, en momentos en que la coyuntura presenta colegios en mal estado e insólitas tomas de escuelas por parte de los alumnos, un modo de protesta que, según el rector, "no conduce a resolver los problemas".

La atención de la coyuntura no debe llevar a desatender los problemas de fondo. Por eso, para revertir las fallas en la formación de los alumnos, Mora y Araujo propuso a otros rectores avanzar juntos en acciones concretas, como la capacitación de profesores y programas específicos en los colegios secundarios para motivar a los adolescentes a aprender. "Hay que trabajar en las disciplinas que presentan más problemas, como matemática y comprensión de textos; reforzar los conocimientos en las áreas en las que están más flojos y despertar el interés por estudiar lo que no saben", explicó.

En estos meses de gestión, creó el Colegio Libre de la Universidad Di Tella, que concentra toda la oferta de cursos de extensión, abiertos a la comunidad, sobre historia, filosofía, arte, arquitectura y literatura.

"La educación secundaria anda muy mal. Si varias universidades nos ponemos de acuerdo podemos ayudar a mejorarla, actuando con los colegios", precisó Mora y Araujo.


-¿Cómo se podría hacer?

-Tenemos que ver cómo hacemos para que los chicos adquieran la motivación de estudiar de manera sistemática. Antes el problema estaba en la primaria. Ahora lo tenemos en el secundario.

-¿Es viable que las universidades se pongan de acuerdo en un proyecto de este tipo?

-Sí, incluso las universidades estatales. No todas son la UBA, donde parece que no es un valor que los chicos aprendan. Habría que pensar en programas en los colegios secundarios para motivarlos a aprender. Hay que interesarlos en los aspectos en los que tienen más problemas, como matemática y comprensión de textos; reforzar los conocimientos en los que están más flojos y despertar el interés por estudiar lo que no saben, que es lo que está más latente en ellos.

-Son herramientas que tendrían que dar los colegios secundarios.

-Sí, pero por muchos motivos no lo hacen.

-¿A qué lo atribuye?

-Hay enfoques anticuados, excesivas reglamentaciones. Los colegios tienen poco margen de libertad, poco espacio para la innovación. Hay un formato poco apto para que los adolescentes se sientan motivados.

-¿Para lograr la motivación de los chicos hay que trabajar con los alumnos o con los docentes?

-Los expertos podrán definirlo mejor, pero hay que dar capacitación a los docentes. Hay muchos profesores dispuestos a tenerla, incluso, en el verano. Lo fundamental es tener claro el objetivo: despertar la pasión por aprender en los adolescentes.

-¿Por qué franja de edad convendría comenzar?

-En principio los dos últimos años del secundario. Si llega a la universidad un chico que no sabe matemática o no comprende un texto, hay que enseñárselo acá.

-¿Cuánto tiempo le lleva a la universidad poner en condiciones a los chicos que presentan estas deficiencias?

-Lleva mucho tiempo. Se ofrecen cursos preuniversitarios en el verano, no obligatorios. El esfuerzo es muy grande y hay chicos que se desalientan. No adquieren esa motivación y piensan: "Esto no es para mí".

-¿No hay una cultura en las universidades para poner en marcha programas en común?

-Siempre se habla de hacer cosas juntos. Si podemos hacerlas, hay que hacerlas. Competir una universidad con otra es un desperdicio para todos. Sumar esfuerzos, en cambio, es beneficioso para todos. Es razonable, lógico y viable.

-¿Cómo evalúa las recientes tomas de colegios secundarios?

-Por un lado, es una señal de las falencias edilicias de la educación en el país. Y también refleja un método de protesta que no es conducente, porque no lleva a resolver los problemas. Es muy propio de la Argentina que los ciudadanos, en lugar de presionar a sus representantes, prefieran el camino de la protesta activa en los espacios públicos. Es un método que no fortalece la calidad de la democracia, que no mejora la representación de las instituciones y que, objetivamente, no conduce a resolver los problemas.

Fuente: La Nación.

El baile como actividad física

Movete, movete


El baile no es sólo una actividad divertida: es un aliado para cuidar nuestro corazón y mantener el cuerpo en forma. Subí el volumen y movete al ritmo que más te guste.



Lo confirmamos en cualquier fiesta o salida: rodeados de gente y con música que estimule, es imposible negarse a la pista. Como un imán, atrae y no discrimina a nadie: abuelos, chicos, hasta el más “tronco” de la familia se deja llevar por el compás. Pero lo que pocos saben es que bailando podemos encontrar la forma más divertida de ejercitarnos. Incluso aquellas personas que se resisten a la actividad física “tradicional”, como las rutinas de gimnasio y la práctica de deportes, encuentran en la danza una solución completa. Bailar es una fuente de beneficios para nuestro cuerpo, y nos hace bien tanto física como emocionalmente. La mente se despeja, se olvida por un rato de los problemas y las preocupaciones, la concentración se focaliza y los reflejos se agudizan. Cada cual atiende su baile, y el que no, ¡que copie los pasos del compañero!



¿Cuáles son los beneficios físicos?

Como cualquier actividad moderada que se realice diariamente y en forma programada, puede mejorar significativamente la salud, contribuir al bienestar y potenciar la calidad de vida. Invertir tan sólo 30 minutos diarios para llevar a cabo un ejercicio tan dinámico como bailar pone en actividad varios grupos musculares a la vez. ¿Por qué? Porque requiere una movilidad completa de todas las partes del cuerpo –piernas, brazos, cintura, cadera–, lo que mejora nuestro tono muscular y el estado de las articulaciones, que se tornan, con la constancia, cada vez más ágiles y flexibles. La práctica regular de la danza también ayuda a estimular la circulación sanguínea, mejorar el sistema cardiovascular, aumentar la capacidad pulmonar, regular la tensión arterial y favorecer el equilibrio. Al quemar calorías, contribuye a la pérdida de peso. La cantidad de calorías eliminadas en media hora de baile es mayor que la quemada en media hora de bicicleta, caminata (calculando 6 km por hora) o realizando un entrenamiento con pesas. Practicar cualquier estilo de danza regularmente implica seguir coreografías, repetir pasos, lo que colabora con el trabajo de coordinación, balance y agilidad y mejora considerablemente la memoria visual. Al bailar, se necesita recordar pasos, hacer movimientos sincronizados y moverse en secuencias; esto exige al cerebro, lo que entrena la capacidad de la memoria. Asimismo, muchos movimientos de la danza requieren posturas que estiran los músculos. Pensemos en cualquier ritmo, por ejemplo, la salsa o hasta el rock and roll: es necesario mantenerse erguido, mirando siempre hacia delante, o al compañero, y con la cabeza en alto; todo esto contribuye a acomodar la postura del cuerpo y aliviar así dolores de cintura, espalda o cuello. Igualmente, como ante cualquier actividad física que se comienza, hay que informarse. Los médicos suelen desaconsejar, por ejemplo, el flamenco en casos de desviación de columna, debido a los perjuicios que suponen los saltos en zapatos de taco y el vibrar constante del taconeo. No todos los programas de ejercicio son aplicables para todas las personas; algunos pueden resultar en lesiones si no están debidamente indicados acorde con nivel de aptitud física individual; por eso siempre es conveniente consultar antes a nuestro médico de cabecera para que nos guíe en la elección, si es una práctica que realizaremos regularmente.



¿Y los beneficios emocionales?

Después del baile, siempre nos sentimos bien: el cuerpo combina la sensación de sentirse más relajado y más energizado a la misma vez. Esta doble sensación tan gratificante se debe al hecho de que bailar (el ritmo que sea, como profesionales o como amateurs, solos o acompañados) es una de las formas más entretenidas y eficaces de realizar actividad física. Y cuando escuchamos a un bailarín al abandonar la pista decir: “Dejé todo ahí”, es porque de verdad la danza “descarga”: sus movimientos contribuyen a liberar emociones y a aligerar sentimientos. Cada persona, cualquiera que sea su edad y su estado físico, puede encontrar el tipo de baile que mejor la represente: la salsa, el tango, el hip hop, la danza clásica o el folclore no son sólo ritmos, sino formas de expresión completas cuya práctica permite, a cada uno de manera diferente, descubrir cosas nuevas acerca de sí mismo y de sus propias capacidades expresivas. Además, la práctica del baile permite aflojar tensiones, reducir los niveles de estrés y olvidar –por un rato– las preocupaciones, despejando la cabeza. Cuando las clases son grupales, además, generan que la persona entre en contacto con otras, y la obligan a interactuar, lo que mejora las aptitudes para la vida social y, consiguientemente, la confianza. Casi siempre, el baile ayuda a descubrir que uno puede mucho más de lo que se imaginaba, lo que eleva la autoestima. Aparatos, pesas, yoga, pilates… Durante los últimos veinte años, hemos visto cómo todos los centros de gimnasia fueron albergando cada vez más y más disciplinas de todo tipo. Pero, en los últimos tiempos, se acrecienta cada vez más la cantidad de personas que optan por la danza. Encuentran en el baile una forma más divertida de cuidar la salud física.

Fuente: http://www.nestle.com.ar/

viernes, 3 de septiembre de 2010

ACTIVIDADES

Profesora Jimena Trippano


PSICOLOGIA Y FILOSOFIA

• Clases

• Cursos

• Talleres



Tel: 4604 3501 Cel.: 1531429750

Mail: profpsicologia@yahoo.com.ar

Blog: www.piensoluegoexistoxxi.blogspot.com

Lugano I y II

CURSOS

Cursos:


• Introducción a la Psicología.

• Introducción a la filosofía.



Cursos personalizados sobre autores o temas específicos en estas áreas.

TALLER DE TECNICAS DE ESTUDIO

Taller de Técnicas de Estudio.


Teórico-práctico, con actividades para poner en práctica lo aprendido.

Técnicas tradicionales e innovadoras para organizar el estudio.

Sirve para implementar en todas las materias teóricas.

Para una escritura eficiente, aprendizaje de reglas ortógraficas.

CLASES DE APOYO

Clases de apoyo en PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA


Clases teórico-prácticas, con material adicional, actividades para reforzar el aprendizaje y guías de estudio.

Clases personalizadas. Individuales o en grupos reducidos.



Apoyo en temas específicos.

Apoyo durante todo el año para reforzar el aprendizaje de la materia.

Preparación para exámenes.

Apoyo en trabajos prácticos.

IMPORTANTE

Monografías – Trabajos prácticos – Ensayos –


Tipeos – Desgrabaciones – Resúmenes –

Corrección de trabajos (estructura, contenido y ortografía)

Comprensión de textos.



PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA.

Prof. Jimena. 4604 3501 1531429750

La literatura invade la ciudad por cinco días

Escritores, editores, periodistas, intelectuales, artistas y lectores se encontrarán, a partir de hoy (miércoles 01/09) y hasta el domingo próximo, en el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba), que tendrá este año su segunda edición en esta ciudad.


Las actividades -que incluyen conferencias, workshops , lecturas, performances y entrevistas públicas- comenzarán hoy, a las 19, con la conferencia inaugural que dará el antropólogo francés Marc Augé en el Malba, a la que se accederá sólo con invitación especial. Con el título "Literatura y antropología", Augé disertará sobre las nuevas tecnologías y el acceso al saber en el marco de las ciudades contemporáneas.

Entre los invitados del Filba de este año, que dan forma a una agenda variada de propuestas de encuentro con autores e ideas, están Nicolás Buenaventura, Guadalupe Nettel, John Connolly, Milton Hatoum, Tomás de Mattos y Peter Adolphsen. También Diana Bellessi, Gabriela Cabezón Cámara, Juan Martini, Pablo De Santis, Claudia Piñeiro y Sergio Olguín, entre otros.

Como parte de la programación, habrá un espacio especialmente dedicado a la literatura uruguaya, con una mirada sobre su narrativa contemporánea, su producción de revistas, la edición y el intercambio entre Uruguay y la Argentina, así como homenajes a Juan Carlos Onetti, Marosa Di Giorgio y Mario Levrero.

El Filba desarrollará sus actividades, todas ellas gratuitas, en cuatro sedes: el Malba (Figueroa Alcorta 3415), la Fundación Proa (Avda. Pedro de Mendoza 1929), Villa Ocampo (Elortondo 1811) y Eterna Cadencia (Honduras 5582). Y, como parte del programa "¡Sale Filba!", algunas charlas y lecturas se llevarán al ámbito más cercano de tres librerías: Boutique del Libro (Chacabuco 459, en San Isidro), Clásica & Moderna (Avda. Callao 892) y Fedro (Carlos Calvo 578).

La programación completa y los invitados pueden consultarse en www.filba.org.ar .

Fuente: La Nación.

Es alta la transmisión vertical del VIH/sida

"Disminuir la transmisión materno-fetal del virus del VIH es uno de los pilares de la lucha contra el sida. Hoy esta transmisión vertical puede ser virtualmente eliminada, pero en países como la Argentina sigue siendo elevada", advirtió la doctora Alexandra Compagnucci, de la Red Europea para el Tratamiento del Sida, que participa del 10° Simposio Científico Internacional Sida 2010, que comenzó ayer.


En la Argentina, el 6% de las mujeres que dan a luz estando infectadas con el VIH pasan el virus a sus hijos. "Cada caso de transmisión vertical es resultado de una insuficiente falta de cuidado de la salud materna", declaró el doctor Pedro Cahn, director médico de la Fundación Huésped.

"El problema está en el acceso de la mujer embarazada al sistema de salud. Es inaceptable que una mujer llegue al centro de salud sólo en el momento del parto", agregó Compagnucci.

Para prevenir la transmisión madre-hijo del virus del sida durante el embarazo, el parto y el puerperio es necesario que la mujer tome la medicación antirretroviral durante el embarazo y que, luego del parto, se evite el amamantamiento. Para eso, son fundamentales los controles prenatales que pueden ayudar a diagnosticar la infección por VIH durante la gestación.

Sebastián A. Ríos
Fuente: La Nación.

martes, 24 de agosto de 2010

El peligro de abrazar

Es posible que al rato de terminar este texto yo vaya a parar por lo menos a la cárcel. Muy posible.


¿Por qué a la cárcel? Ya va, ya va, dejemos que la fruta caiga por madura.

Empiezo por donde se empieza: por el principio. Y digo.

Permiso. Este Caminante Quieto quiere, precisamente, aquietarse, hacer una pausa para suspender el vértigo del limbo cotidiano: el vértigo de las rutinas. Trataré de hacer pie en el sosiego y desde allí le soltaré riendas. Hay ocurrencias que a uno a cada tanto lo alcanzan, después lo abandonan, hasta que otra vez lo alcanzan, y así. La idea central de este relato está en un par de páginas de mi libro La conversación de los cuerpos (1982). Me reapareció en otro libro, Cuerpos abraSados (1984). Finalmente, me alcanzó una vez más en La misa humana (1992). Pero resulta que ahora, concluyendo la primera década del siglo 21, la ocurrencia que creía cancelada me vuelve a través de una sucesión de preguntas. Y no me resisto.

Cuánto hace que...?

A las preguntas las carga la sed. ¿Por qué esta repentina necesidad de compartirlas? No sé explicarlo. De todos modos, convido a que deshojemos algunas, paladeando la lluvia que sucede o la lluvia que debiera suceder. Observemos, por ejemplo, nuestro estar en este mundo: cada vez que damos un abrazo es porque alguien se va o regresa, o para dar sentido pésame, o porque el bendito almanaque nos dice que es Navidad o Año Nuevo, o alguna otra celebración. Siempre abrazo interesado.

¿Cuánto hace que no damos un abrazo de repente, sin motivo alguno, sin explicaciones?

¿Y cuánto que no nos hincamos de asombro para beber el agua?

¿Y cuánto que no comemos nueces con pan a esa hora en que la tardecita es rumiada y mordida despacito por la noche?

A ver: ¿cuánto hace que no reparamos en las venitas del aire?

¿Y cuánto que no lamemos la piel de ese aire compañero, con panero, que nos permite vivir hoy y aguardar el día de mañana?

¿Nos daremos cuenta alguna vez de que la música es el agua del aire?

Cuando hacemos nuestro trabajo, ¿por qué no silbamos mientras tanto?

¿Hace cuánto que no cantamos en el auto o en el colectivo o en el subterráneo o en el avión? ¿Quién, pero quién, dijo que no se puede? ¿Algún código penal? ¿Acaso la sagrada Constitución?

¿Cuánto hace que no decimos "buendía" sabiendo, sintiendo, que el día insiste en ser bueno con nosotros porque nos regala, siempre, otra primera vez del sol?

Descalzos, ¿cuánto hace que no caminamos descalzos por la sucesiva espalda de la Tierra que nos parió?

Y decir lo que pensamos y sentimos, de cuajo, sin calcular las consecuencias y sin mirar a quién, ¿hace cuánto? Mejor preguntado: ¿lo hicimos alguna vez?

No nos detengamos: ¿cuánto hace que no lloramos en voz alta, como lloran los niños, que lloran en voz alta?

¿Y cuánto que no soltamos nuestras manos para que ellas digan el amor que no saben decir las tan pobres palabras?

¿Y cuánto que no abrimos la jaula de nuestro pecho para que nuestro encogido corazón salga por luz con semblante?

¿Y cuándo fue la última vez que nos tomamos el pulso, no para contar latidos sino para sentir y celebrar la sangre que nos viaja por las venas?

Una más: ¿cuánto hace que no apoyamos el oído sobre el pecho indefenso de alguien que duerme en nuestra casa?



¿Civilización? ¿Cordura?

Damas y caballeros, vivimos despilfarrándonos. Vivimos hasta ahí, en cómodas cuotas mensuales. Vivimos porque se usa. ¿Vivimos realmente?

El viejo Serafín Ciruela me suele comentar que nuestro vivir oscila entre la contractura y el estreñimiento. Que andamos por la vida con el malestar de quien usa calzones o calzoncillos dos talles más chicos.

Las anteriores y la preguntita que viene parecen salidas de uno de esos retiros de autoayuda. De todas maneras afrontémosla: ¿estamos vivos mientras vivimos?

No hace falta ser demasiado observador para advertir que vivimos desmayando latidos, desangrando sangre. Si nuestra sangre fuera café, estaríamos hablando de un descafeinado. El descafeinado es una cordial estafa que elegimos. Con ese café, y con la vida misma, hacemos como que.

¿No será que se nos fue la mano con esto de la civilización y la cordura y el sentido común?

¿No será que nos estamos volviendo "comunes" de tanto sentido común?

Vivimos descorazonando a nuestro corazón. ¿Eso significa ser educados?

El caso es que, si nos fijamos bien, respiramos impunemente.

Despilfarradores, desmayadores, desangradores, descorazonadores. Nos quejamos: "¡No hay tiempo para nada!", "los años cada vez vienen más cortos y pasan más rápido". De acuerdo: vienen más cortos, pasan más rápido, uno no termina de hacer la digestión de un fin de año cuando ya asoma el otro. De acuerdo: pero, ¿cuántas cosas hacemos para matar el tiempo?

Impunes de toda impunidad, afrontemos otra vez la jodida pregunta: ¿estamos vivos mientras vivimos?

Veloces para las coartadas, pronto argumentamos: ¡no podemos pasarnos la vida haciéndonos preguntas todo el tiempo! De acuerdo. Pero tengamos a bien considerar que sería peor, una lástima, que nos pasáramos la vida vacíos de preguntas.

Haber nacido, estar anotados en el registro civil, tener documento de identidad, es una cosa. Estar vivos es otra. Pasa como con la democracia: estar empadronados, ir a votar es una cosa. Ser habitantes ciudadanos, participar, comprometerse en los primordiales actos de cada día, es otra.

Las preguntas, si realmente preguntan, son inquietantes, peliagudas, desvelan, insomnian, incomodan. Pero dejarlas para mañana vendría a ser como dejar para mañana la conciencia de estar vivos.

Pasarse la vida aparentando y consumiendo y lavándose las manos y esquivando las preguntas es un crimencito perfecto por el que ninguna ley castiga explícitamente.

Pero en realidad, para ese crimencito de lesa inhumanidad no hace falta cárcel alguna: basta con haberse condenado a ser bien vestidos, reducidos al rol de intestinos eructantes.

En nombre de la cordura, de la prudencia y de la bendita prolijidad, ¿cuántas cosas esenciales, primordiales, dejamos de hacer?



Posdata

Escucho voces airadas: me dicen que la termine de una vez con mi sermón. Tienen razón, me fui al caraxus. Demasiado bla-ble-bli-blo-blu.

No encuentro escapatoria, y para colmo ahora mismo reaparece el viejo Ciruela, que tiene la virtud de asomar en el lugar exacto en el momento menos indicado. Me dice el viejo:

-Rodolfo, esto te pasa por meterte a sermonear. Ahora no le saques el poto a la jeringa. Hágase cargo compañero al menos de una pregunta.

-Hice una punta de preguntas, Ciruela, ¿de cuál me hago cargo?

-Por empezar, de la primera.

-¿Cuál era?

-Vamos, no se me frunza compañero del alma. La primera usted la hizo, usted la sabe.

-Don Ciruela, ¿no podría ser otra?

-No. No podría ser otra. Esta es: ¿cuánto hace que no das un abrazo de repente, sin motivo alguno, sin explicaciones?

-La verdad... hace años que no doy un abrazo de repente, así, sin motivo alguno, sin que sea por una despedida o un encuentro o una Navidad o un Año Nuevo. Tantos años hace...

-Tantos... ¿cómo cuántos, Rodolfo?

-Tantos como mi vida entera. Jamás di un abrazo así.

-Nunca es tarde para el abrazo pendiente.

El viejo Serafín Ciruela, para darme una buena palmada, elige mi hombro del lado del corazón. Y se aleja, pero no demasiado. Sin darse vuelta me dice: "No lo dejes para mañana el abrazo. Mañana puede ser demasiado tarde".



Sigue la Posdata

En este día de un mes del año 2010 después de Cristo he concluido esta nota escribiendo ese "mañana puede ser demasiado tarde". Pero no es la frase final. Sé que debo tomar una decisión para que no sea cierto que a las palabras se las lleva el viento. Ahora o nunca: saldré a la vereda, caminaré hasta la esquina de Corrientes y Esmeralda y allí...

Todo llega. Ya estoy en esta esquina sembrada de humanos que van y vienen, urgidos; es como si todos estuviesen llegando tarde al sitio al que van.

Empiezo una silenciosa cuenta regresiva: en segundos voy a dar un abrazo sin aviso, sin mirar a quién, un abrazo al primero o a la primera que se me cruce. Cierro los ojos, no contaré hasta diez, contaré hasta trece... uno... dos... tres... El corazón, más que latir, me da puñetazos... seis? siete? Qué lenta es la eternidad? nueve? diez? once? Estoy con los ojos cerrados, los abro... doce... trece... Ya suelto mi abrazo y mi abrazo llega a destino desconocido... Ahora abraza mi abrazo ¡así!, ¡¡así!!, a una mujer de unos cincuenta años... Ella salta con un alarido... Madremía, sólo la estoy abrazando... Tratando de calmarla le digo felicespascuas... feliznavidad... shalom... buonnatale... felizañonuevo... felizfindesemana... Mi abrazo termina trizado, partido, desparramado sobre las baldosas... Carterazos, patadas en mis costillas, sangre en mi nariz... Respiro el olor fresco de la sangre y ese olor me lleva a la niñez... Un agente de policía y dos, tres tipos, me inmovilizan boca abajo... Por suerte las baldosas conservan el olor de la lluvia de esta mañana... Escucho lejanas sirenas... se acercan. ¿Qué mundo hicimos que por dar un simple abrazo sin mirar a quién uno se juega la vida, la libertad?

Mis pensamientos son abollados por insultos que brotan desde una increíble cantidad de gente que en segundos se ha ­reunido en círculo. De todo me dicen. Pero no se vaya a creer, no hay unanimidad; hay como dos bandos; los insultos están divididos: unos putean a mi madre y otros a mi padre. Otros, más dulces, más específicos, me dicen "atorrante", "drogadicto", "violador"... El sonido de las sirenas ya es cercano... alcanzo a ver, porque es bajita, el rostro de una nena de unos cuatro años... Me mira bien, una lágrima le está bajando por la mitad de un pómulo... "No te asustés, nena, no llorés, sólo estamos jugando..."

Una ambulancia y dos patrulleros y otro patrullero más... Me suben a la ambulancia... "Cálmese", me dice una doctora. "No teman, está tranquilo, es inofensivo", le avisa la voz del viejo Ciruela, que ha conseguido subir a la ambulancia para acompañarme. El policía le pregunta si es familiar del detenido. Ciruela le responde: "Más que familiar, su álter ego soy".

Masculla un rato la palabra "alterego... alterego...", el oficial. Se saca la gorra y me interroga con voz de interrogatorio:

-¿A qué se dedica?

-A teclear.

-¿Pianista?

-No, escribo y cosas así.

-¿Qué ingirió esta mañana?

-Cafecito.

-¿Y qué más?

-Cuatro vasos de agua en ayunas.

-Sujeto masculino, dígame de una vez: ¿qué tomó?

-Eso tomé. Ah, y un pomelo partido en cuatro.

-¿Puede reconocer lo que hizo?

-Sí, puedo.

-A ver, ¿qué hizo?

-Di un abrazo de repente.

-¿Por qué motivo?

-Sin motivo. Porque sí.

-¿Sabe lo que le espera?

-No sé... Antes de seguir, oficial, una cosa quiero decirle.

-Lo escucho.

-Usted esta mañana desayunó con medialunas.

-¿Y cómo lo sabe?

-Porque en el bigote tiene la cascarita de una.

-Carajo, cómo se dio cuenta.

-Y..., porque lo estoy mirando.

-¿Puedo decirle algo más?

-¡Otra cascarita!

-No, ya no tiene nada. Quería preguntarle si me deja darle un abrazo.

-Un... ¿abrazo...?, ¿Usted a mí?

-Sí, a usted. Un abrazo. Y a la doctora. Y al enfermero.

Ninguno de los tres me responde, no les sale la sílaba del sí, pero se la veo en la mirada. Lo abrazo al policía, lo abrazo al enfermero, ¡a la doctora la abrazo! Ninguno de los tres ofrece la menor resistencia. Tenían sed y no lo sabían.

Y aquí estamos, abrazados. El chofer de la ambulancia ha notado algo extraño, y nos mira por el espejito. Frena en seco. Se baja, abre las puertas traseras y sube de un salto: "¡No sean egoístas y conviden!". Y sin más se zambulle.

El abrazo se nos prolonga, otra vez gente de género masculino y de género femenino, amontonada.

Nos miran desde el estupor.

Una señora muy aseñorada lidera y exclama: "¡Esto es el colmo de la degeneración!"

Un señor muy aseñorado, tal vez el esposo, grita al borde del alarido: "¡Esto es el fin del mundo!"

El viejo Ciruela lo corrige: "El principio del mundo es".


Por Rodolfo Braceli

rbraceli@arnet.com.ar

Para conocer más www.rodolfobraceli.com.ar

El autor es poeta, dramaturgo, cuentista, periodista, autor de una veintena de libros, entre otros: El último padre; De fútbol somos; Don Borges, saque su cuchillo porque?; La Misa humana; Vincent, te espero desnuda al final del libro. Para el cine escribió y dirigió el mediometraje Nicolino Intocable Locche. Sus libros más recientes: Perfume de gol y la biografía Mercedes Sosa. La Negra.

Fuente:  Revista La Nación.

Hablar en el mismo lenguaje

Una especialista destaca que la escuela debe incluir las nuevas tecnologías


Cree que la inclusión, la equidad, la calidad y la oportunidad de hacer a una escuela diferente se basan en estar más cerca de las necesidades de los chicos.


La coordinadora del Proyecto Tecnologías de la Información y la Comunicación y Educación del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la Unesco, María Teresa Lugo, sostiene: "Si los alumnos, que son activos frente a la tecnología, publican y crean contenidos, tienen que desconectarse para entrar en la escuela estamos cortando algo que hoy forma parte del ser joven. Si se los condena a alejarse de su propio mundo, la escuela se vuelve algo menos relevante y así sólo se genera más exclusión".

Además de la digital, para la especialista se genera otra brecha, que es la que se abre entre la escuela y las expectativas de estos jóvenes. Precisó que un proyecto del IIPE concluyó que la mitad de los chicos que abandonan la escuela secundaria no lo hacen por cuestiones económicas sino por el crecimiento de este abismo entre lo que los jóvenes esperan y lo que la escuela les ofrece.

"La escuela tiene que abrirse al mundo de la imagen, a los formatos audiovisuales e incluir dispositivos que permitan la utilización de este lenguaje y, para eso, los docentes necesitan capacitación", señaló. También es, a su criterio, un tema de política educativa: "Es importante que el Estado tome un rol activo en la negociación con las empresas y que las altas inversiones que se hacen vinculadas a la tecnología se piensen más en función de las soluciones y no al revés".

Fuente: La Nación.

martes, 17 de agosto de 2010

Sólo la mitad de los pediatras registran si los padres fuman

Fabiola Czubaj

LA NACION


A pesar de que la mayoría de los pediatras dice que durante la consulta les pregunta a los padres si sus hijos están expuestos al humo del cigarrillo, apenas el 50% consigna la respuesta en la historia clínica de sus pequeños pacientes.

Eso, que parece una omisión menor, pero debería hacerse hasta los ocho años, impide intervenir a tiempo para que los chicos crezcan en un ambiente 100% libre de humo y no desarrollen enfermedades propiciadas por el tabaquismo de sus padres.

"Al estar marcado como problema, en cada consulta el pediatra puede volver sobre el tema y en un minuto hacer una intervención breve: «Lo mejor que puede hacer por la salud de su hijo es mantener su casa y su auto libres de humo de tabaco». Si no lo tiene escrito, en cambio, es más probable que no hable sobre el tema, a menos que el chico tenga una enfermedad respiratoria grave, a partir de la que generalmente casi todos los pediatras se «acuerdan» de preguntarles a los padres si alguien fuma en la casa", señaló a LA NACION la doctora Paola Morello, colaboradora del Area de Prevención del Tabaquismo de la Fundación para la Investigación y la Prevención del Cáncer (FUCA) y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

Junto con otros especialistas en salud pública, Morello integra un grupo que está trabajando para mejorar el registro de la exposición al humo del tabaco ajeno (HTA). Una nueva encuesta, dirigida por el doctor Julio Kaplan, de la FUCA, revela que los 1126 pediatras consultados consideran que aquella exposición es "un tema de importancia para la salud pública y la salud de los niños", y el 87% considera que hay que indagar sobre ella en la consulta, pero sólo uno de cada dos se toma menos de un minuto para consignarlo en la historia clínica de cada paciente.

Además, apenas el 54% dijo que había leído el Consenso sobre Tabaquismo de la SAP, un documento de once páginas al que se puede acceder vía Internet ( www.sap.org.ar/docs/profesionales/consensos/A5.464-475.pdf ). Allí, el Grupo Tabaquismo de la sociedad científica detalla qué debería hacer un pediatra para abordar la exposición infantil al humo de tabaco de segunda mano. Y entre esas acciones, según la edad del paciente, figuran estrategias para reducir la exposición al humo de tabaco ambiental.



Padre, madre, tío o abuelo

La primera es justamente "registrar en la historia clínica el consumo de tabaco de los padres y convivientes". Le siguen informar "sistemáticamente" sobre los riesgos de esa exposición; fomentar que no se fume cerca de las embarazadas "ni niños de cualquier edad", y motivar y orientar a los padres para que dejen de fumar, entre otras.

"El cómo se pregunta es muy importante; si sólo se les pregunta a los padres, es posible que el médico nunca se entere, si ninguno de los dos fuma, que sí lo hace el abuelo o el tío que vive con ellos. Por eso, la pregunta que debería hacer el médico o que deberían hacerse los padres es «¿Alguna de las personas que viven en la casa fuma adentro?»", agregó Morello, que participó en la encuesta junto con el doctor Bruno Linetzky, también de la FUCA.

Por otro lado, atribuyó el bajo porcentaje de médicos que entregan material informativo a que no está disponible. "Eso era esperable, ya que casi no hay materiales disponibles, salvo algunos folletos «caseros» que prepararon en algunos hospitales (como el Posadas) o algunos pediatras muy motivados", precisó la investigadora.



En el auto, también

Una segunda fuente muy importante de exposición al humo de tabaco ajeno es el automóvil y, como en los hogares, no es suficiente con abrir la ventanilla.

"Los pediatras serían los agentes ideales para difundir la noción de que ventilar no alcanza y de que los desodorantes de ambiente sólo sacan el olor, porque las 4000 sustancias tóxicas del humo (del cigarrillo) se pegan en la alfombra, los tapizados, las colchas, la ropa, y siguen contaminando a los chicos. Por eso, la única manera de proteger a los chicos es no fumando dentro de la casa o el auto", insistió Morello, que presentó los resultados de la encuesta en el V Congreso Argentino Tabaco o Salud.

Hoy, el tabaquismo es considerado una enfermedad pediátrica: el 90% empieza a fumar antes de los 18 y los chicos son la población más perjudicada por la exposición al HTA, que produce otitis reiterada, asma recurrente, eczema, aumento del riesgo de muerte súbita del lactante, trastornos del aprendizaje y caries, además de estar demostrado que eleva el riesgo de tener problemas con las adicciones en la adolescencia y de que sufran de cáncer en la edad adulta.

"El porcentaje de pediatras que contestan que la exposición al HTA es causa del síndrome de muerte súbita del lactante o de enfermedad del oído medio no es del 100%, aunque esos datos están disponibles desde 2006 por lo menos", dijo Morello.

"Los pediatras son importantísimos agentes de salud y si pudieran usar un minuto de la consulta para preguntarles a los padres si fuman, y aconsejarles que el hogar y el auto sean 100% libres de humo, ayudarían mucho a disminuir el número de chicos expuestos al HTA -indicó Morello-. El mensaje para la comunidad es valorar la importancia de los hogares y los autos 100% libres de humo para la salud de los chicos y la familia en general."

Fuente: La Nación.

domingo, 15 de agosto de 2010

El arte de estar presente - Sergio Sinay

Señor Sinay: días atrás caminaba por la calle y veía poca gente feliz. La mayoría iba apurada o gesticulaba, de forma que se notaba que no estaba contenta. A la salida de un colegio vi a varias madres con sus hijos, y la mitad de ellas estaba apurada o sólo simulaba escuchar a su hijo que le contaba las aventuras del día. Pensé que no disfrutamos de la vida como deberíamos. ¿Sabemos el significado de vivir? Creo que lo sabemos, pero nunca nos lo preguntamos.


Juana Martinez



Salimos a un mundo repleto de dudas sin respuestas y nos decimos "hay que vivir cada día como si fuera el último". Intentamos cumplir nuestros deseos y lograr todo lo que nos proponemos. Muchos creen que vivir a pleno es destruirse a uno mismo y a lo que los rodea para aprovechar el momento al máximo. ¿Cómo comprender el verdadero significado de vivir a pleno? Soy alumna de un colegio secundario, tengo 16 años y todos los días veo cómo el mundo se viene abajo y pocos se esfuerzan para que no suceda.

Maria Domitila Dellacha



Existen dos maneras, desde mi perspectiva, de vivir cada día como si fuera el último. Una es vivirlo con la desesperación de quien se lamenta de todo lo que no hizo, de lo que no alcanzó, de lo que no dijo, y se propone repararlo en el plazo de unas pocas horas. Las vivirá con angustia, contra reloj, y, aunque alcance a completar la tarea, quizá no encuentre felicidad, sentido ni paz. Otro modo consiste en vivir ese día con plena presencia en cada minuto. Es decir, estando con quien estamos, haciendo lo que hacemos. Si estás con tu hijo, tu amigo, tu pareja, tu padre, tu madre, tu hermano o hermana, estás ahí; no miras el reloj; escuchas; sientes; dices. Si lees el diario, lees el diario y si comes, comes. El último día no tendría que ser diferente de los otros, si los otros han sido días realmente vividos en el presente, sin huir hacia un futuro que siempre escapa.

Cuando al científico y ambientalista Michael Lerner, que trabaja con personas con cáncer, le preguntaron cómo viviría sus días ante el anuncio del final, respondió: "Pasaría tiempo con gente que valoro, leería libros, escribiría mis sentimientos y pensamientos, escucharía música, no perdería tiempo en urgencias ni en viejas obligaciones y mandatos, aceptaría la pena de saber que es el último día, pero celebraría la belleza, la alegría y la sabiduría". Estas maravillosas palabras bien pueden leerse como un proyecto de vida antes que como una despedida. Quien viva de este modo cada día, no pasará grandes angustias en el último, no habrá dejado la verdadera vida para el minuto final y no andará haciendo desesperados y postergados trámites existenciales justo antes de que le cierren la ventanilla.

El estilo de vida ansioso y urgido que describen nuestras preocupadas amigas Juana y María nace de la confusión entre vivir en el presente y vivir en el instante. El instante es fugaz y sin raíces, viene de la nada y se pierde en el vacío. El presente es el punto de encuentro del pasado (cada paso caminado en la vida) con el futuro (el tiempo hacia donde nuestras potencialidades se proyectan). El presente es móvil, cambiante, rico, plástico; cuando estamos de veras en él, nos impregna, enriquece nuestro mundo emocional, agrega material valioso a nuestra memoria, nos prepara mejor para lo que vendrá. En el instante, en cambio, desaparecemos sin concretar nada, sin dejar huellas, sin estar ni aquí ni allá, ni ahora ni después. Hacemos como que estamos, pero no estamos, prestamos la oreja pero no escuchamos, tragamos sin masticar y, por lo tanto, no nos alimentamos; el hambre (hambre de sentido, de presencia, de significado) nos sigue acosando. Hemos llenado nuestro estómago sin habernos nutrido.

Hacia 2002, el maestro espiritual Ram Dass (quien antes de seguir ese camino fue un connotado profesor de Harvard) escribió un luminoso testimonio, llamado Aquí todavía , luego de un episodio de salud que lo tuvo al borde la muerte. Propone allí el arte de hacer una cosa a la vez, de concentrarnos en lo que de veras importa. Lo que importa, si tengo sed, es beber. Si tengo sueño, es dormir. Si amo, es demostrarlo. Si me hablan, es escuchar. Si necesito, es pedir. Si no sé, es preguntar. "En el próximo sorbo de té, la próxima respiración, el próximo paso, el tiempo no existe", escribe Ram Dass. "Cada vez que vivamos plenamente el momento, sentiremos el alivio de estar en el presente eterno." Parece que una vida plena no requiere de misteriosas ni complicadas recetas ni de ansiosas urgencias.

sergiosinay@gmail.com
Fuente: Revista La Nación. Columna de Sergio Sinay.

jueves, 29 de julio de 2010

Cambiar y ser uno mismo

Cambiar es posible, sin importar la etapa de la vida que se esté transitando. Siempre se está a tiempo de recuperar el rumbo alguna vez perdido, o de iniciar el camino verdadero que siempre se anheló y que no se pudo, no se quiso o no se supo emprender.


Lo importante es saber qué es lo que se quiere cambiar y cómo se quiere llegar a ser.

Todos se pueden dar cuenta cuando se sienten bien y plenos, de qué es lo que produce esa transformación. Es un sentimiento de calma interior, de equilibrio, de plenitud, de confianza en sí mismo y de satisfacción, cuando se experimenta estar en el lugar que se quiere estar, haciendo lo que a cada uno le gusta.

Por alguna razón muchos postergan su propia realización personal, porque creen que ya es tarde, que no pueden o que no se lo merecen. No pueden darse cuenta que la felicidad que sienten expresando quienes son, los transforma también como personas, que cambia su actitud hacia la vida y hacia sus relaciones.

Poder desarrollar lo que está potencialmente en cada uno, es una aspiración a la que no se debe renunciar, cuando se sufre infelicidad o se comienza a sentir que está faltando algo.

El cambio debe ser interno, o sea de adentro para afuera, evitando temores, prejuicios, ideas preconcebidas y arriesgándose a emprender la aventura de iniciar una nueva forma de vida con férrea voluntad y sana convicción.

No se trata de intentar ser otro sino de realmente ser quien se es, trascendiendo los condicionamientos del pasado y las viejas creencias y atreviéndose a ser distintos.

Esa necesidad primordial estuvo siempre, pero permanecía tapada por una serie de antiguas estructuras aprendidas que en su momento sirvieron para adaptarse.

Tal vez la insatisfacción interior se manifestó siempre de alguna manera sin saber interpretarla, obstaculizando las relaciones, alterando el carácter, o transformándose en enfermedades recurrentes o en síntomas migratorios que trataban inútilmente de llamar la atención.

El cambio nos enfrenta a lo desconocido, porque nos hace sentir inseguros y tememos las pérdidas, aunque ya no signifiquen nada para nosotros.

Cambiar es difícil para todos, pero es preciso saber que cuando uno cambia todo cambia alrededor, las personas y las cosas, principalmente porque se las ve con otros ojos.

El cambio obliga a aprender una nueva forma de relacionarse con el mundo y con los demás.

La vida nos brinda oportunidades para cambiar, situaciones que hacen que el entorno se modifique y que obligan a cambiar las estructuras, como las pérdidas, los accidentes y a veces hasta las enfermedades. Porque las crisis son las mejores detonantes para el cambio, encrucijadas que hacen que ya nada importe.

Sólo se puede cambiar si se tiene una intención genuina propia y se puede lograr de a poco, dándose el tiempo que se necesita pero con la sólida firmeza de no volver atrás.

Cambiar obliga a hacerse cargo de la propia vida, a ser capaces de hacerse responsables de los actos y a enfrentar nuevos desafíos.

Los cambios producen temor aún ante la perspectiva de que se cumplen todos los deseos, porque se puede tener miedo hasta de sentirse mejor.

El cambio es un proceso, lo importante es que sea consistente y no haya renuncias o retrocesos.

Malena Lede

Licenciada en Psicología

filosofía.laguia2000.com

Cómo mejorar tu autoestima sonriendo...

¿Te ha pasado alguna vez que al mirarte en el espejo, encuentras cosas que no te gustan de ti, o que de repente te descubres comparándote con otras personas?




Estos sentimientos son el reflejo de qué tan a gusto te encuentras contigo mismo, lo cual está basado en todos los pensamientos, sensaciones y experiencias recogidas durante tu vida, estos se manifiestan en sentimientos positivos o negativos, dando como resultado la autoestima.

El tener una autoestima saludable es fundamental, puesto que a través de este sentimiento de aceptación somos felices; es importante tener una buena imagen de nosotros mismos, amarnos y aceptar nuestro cuerpo, dejar de compararnos y agradecer lo que tenemos.

Parte importante de la autoestima es la percepción de nosotros mismos sin importar las opiniones externas, es el reconocer nuestros talentos, habilidades y valores, es aprender a escucharnos e identificar nuestras propias necesidades, es saber qué nos gusta, qué queremos en la vida, qué nos hace feliz.

También el nivel de cuidado que ponemos en nuestra salud es de suma importancia, realizar ejercicio de forma continua, alimentar nuestro cuerpo de afecto, saber disfrutar y divertirnos, descansar el tiempo necesario, tener una alimentación sana y balanceada; en conjunto, el adquirir buenos hábitos nos ayuda a mejorar.

Así, para el fortalecimiento de la autoestima necesitamos sentirnos dignos de éxito y felicidad, tener una fuerte percepción acerca de lograr éxito, respeto, amistad y amor, dejar de criticarnos y sólo reconocernos a nosotros y a los demás nos dará excelentes resultados.

Otro elemento importante para nuestra autoestima es la confianza que tenemos de alcanzar nuestras metas exitosamente, el saber que nuestra conducta está regulada por nosotros mismos, tomando la responsabilidad de nuestras acciones. Es tiempo de que eliminemos la frase “no soy capaz”, puesto que cada vez que la repetimos confirmamos inseguridad y las consecuencias psicológicas son tan contraproducentes como cuando te lo dicen otras personas. Es hora de que empecemos a decir “si me lo propongo, ¡soy capaz!”.

Por último, lograr adquirir la noción de nuestro yo, de nuestras cualidades y características, el conocernos a nosotros mismos supone la madurez de identificar cualidades y defectos, apoyándonos en los primeros y luchando contra los segundos.

Nuestro peor enemigo es ir a la deriva, sentir que no vamos a ningún lado nos detiene; en cambio, sentir que nos dirigimos a alguna parte, que tenemos un propósito, nos llena de energía.

Trabajar diariamente en nuestra autoestima nos ayuda a sentirnos maravillosamente bien la mayor parte del tiempo, ayuda a que nuestra personalidad emerja naturalmente, ahora es tiempo de aceptarnos y querernos tal y como somos.

Por Lic. Janet Delgado González

http://www.direccioneficaz.com/
Fuente: En Plenitud.

martes, 27 de julio de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

Feria del Libro Infantil

Ante unos 300 chicos, ayer se inauguró oficialmente la 20a. edición de la Feria del Libro Infantil, que estará abierta hasta el 31 de este mes en el Centro de Exposiciones.


Los ministros de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y de la Ciudad, Esteban Bullrich; el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, y el presidente de la Fundación El Libro, Horacio García, tomaron la palabra sucesivamente para invitar a los chicos a acercarse a los libros.

Mientras tanto, grupos de alumnos recorrían el predio de Figueroa Alcorta y Pueyrredón con sus docentes. Según dijo García, en esta primera semana -en la que la feria está abierta de 9 a 18- ya hay inscriptos unos 50.000 alumnos de distintas escuelas, que además se llevan una entrada para regresar con sus padres durante las vacaciones de invierno porteñas y bonaerenses, desde el lunes que viene.

Además de los tradicionales stands de las editoriales, la feria ofrece un nutrido programa de narraciones de cuentos, espectáculos, talleres y encuentros con escritores.

Fuente: La Nación.

miércoles, 7 de julio de 2010

Razón y emoción, un equipo. Por Sergio Sinay

Señor Sinay: en la vida constantemente se producen contraposiciones entre lo que sentimos en realidad y lo que quisiéramos sentir. No quiero enojarme por algo que sé que no es importante, pero... Sé que hay que ser tolerante, pero... Tuve un problema laboral; mi razón decía que no era grave, pero el temor y la incertidumbre podían más. La razón va por un lado y las emociones dominantes por otro. ¿Qué hacer para sentir distinto o para que mi razón domine esas sensaciones negativas?


Alejandro Combes



Vivimos inmersos en una enraizada creencia que hace de nosotros verdaderos campos de batalla, escenarios individuales de una sorda guerra civil. Esa creencia enfrenta al pensamiento con la emoción como si fueran no sólo opuestos sino, además, excluyentes. Hay personas que se definen a sí mismas como "racionales" y otras que se proclaman "emocionales". Se supone que las primeras son frías y que las guía un meditado cálculo de posibilidades, mientras que las segundas se mueven sobre la base de impulsos e intuiciones. Para llegar a esas categorías los "racionales" suponen haber enjaulado, o directamente eliminado, las imprevisibles y caóticas emociones, en tanto que los "emocionales" creen haberse liberado de los rígidos ordenamientos de la razón. Unos no "se dejan llevar". Los otros "se entregan". Los unos sospechan de los otros, y viceversa. A la corta o a la larga, ambos transitan la vida con limitaciones.

¿Los diestros logran vencer a su mano izquierda? ¿Los zurdos se imponen sobre su mano derecha? Absurdas preguntas, sin duda, puesto que venimos al mundo dotados de ambas manos, que no son opuestas, sino complementarias, como se advierte a la hora de aplaudir, de enhebrar una aguja, de coser un botón, de abrir un frasco, de atarse los zapatos o de tomar entre ambas el rostro de un ser querido. De la misma manera, se nos ha concedido la emoción y la razón, el sentimiento y el pensamiento, como componentes indisolubles de nuestro aparato psicoafectivo. Esto no se elige. La razón y la emoción son complementarias. Pretender disociarlas es una ilusión que nos confunde y empobrece.

En una sociedad que procura vivir en la certidumbre, no correr riesgos, tener respuesta para todo, eliminar los misterios, dominar la naturaleza, controlar el azar y desterrar el imponderable, es lógico que se intente domar las emociones. Desde el racionalismo, nacido en el siglo diecisiete (con René Descartes), al que se sumó en el diecinueve el positivismo (con John Stuart Mill y Augusto Comte a la cabeza), este sistema de creencias se fortaleció y, con él, la aspiración de los humanos a ser demiurgos, pequeños dioses autosuficientes.

En ese contexto, la emoción, el sentimiento, las sensaciones, perturban, molestan, inquietan, recuerdan que hay algo incontrolable. Tienen que ser devaluadas, dominadas, sometidas al imperio de la razón. Pero no elegimos nuestras emociones. Las sentimos. Son reacciones naturales ante situaciones de la vida. "Vivir encierra, por definición, el riesgo de sufrir, pero también la posibilidad de explorar, experimentar, aprender a constituirse y ser", advierten Jaume Soler y Mercé Conangla en La ecología emocional , obra que sienta las bases de su propuesta de autoconocimiento. "Somos sistemas abiertos de energía, seres espirituales que necesitamos intercambiar no sólo ideas y conceptos, sino también sentimientos y emociones." No elegimos nuestras emociones. Pero podemos elegir cómo vivirlas. El médico y psicoterapeuta Norberto Levy, sabio explorador del mundo emocional, escribe en Aprendices del amor : "La función de la mente es coordinar y posibilitar las emociones. La mente inmadura no sabe cómo interactuar con las emociones y, desde su ignorancia, intenta resolver el problema de las emociones dominándolas o suprimiéndolas". La mente madura, en cambio, reconoce la emoción y le propone un curso, una acción. Como la mente no está condenada a su inmadurez, antes que enfrentarla con el mundo emocional se trata de ayudarla a madurar. La falsa dicotomía pensamiento-sentimiento (que reduce y empobrece nuestras herramientas existenciales) no es, así, un problema de las emociones, a menudo blanco de la represión racionalista, sino de la mente, que ha quedado desconectada de un valioso yacimiento de información acerca de nuestro ser, pues cada emoción encierra un mensaje. Cuando la mente madura, la emoción aflora en toda su riqueza y, juntas, profundizan nuestro estar en el mundo.

sergiosinay@gmail.com

Fuente: Revista La Nación.

Nace una nueva generación de robots terapéuticos

Están diseñados para inspirar empatía, en especial en personas mayores.


NUEVA YORK ( The New York Times ).- Después de años de esforzarse en presionar circuitos para lograr empatía, dispositivos diseñados para calmarnos y respaldarnos están saliendo de los laboratorios. Paro (de personal robot) es uno de los exponentes de esta nueva generación de robots terapéuticos.


Para adictos en recuperación, médicos de la Universidad de Massachusetts están probando un sensor diseñado para detectar los síntomas de la abstinencia y enviar mensajes de texto con una pizca de cariño.

Para los que desean un compañero y tengan 125.000 dólares, una cabeza robótica parlante puede ser modelada con la personalidad de elección. Sonreirá ante sus propios chistes y reconocerá caras familiares.

Para personas que hagan dieta, un robot con una pantalla táctil, grandes ojos y voz de mujer se sentará en la mesada de la cocina y ofrecerá coraje después de calcular calorías y actividad física.


Máquinas inteligentes

Robots guiados por alguna forma de inteligencia artificial ya exploran el espacio exterior, sueltan bombas, operan y juegan al fútbol. Pero construir una máquina que responda a la necesidad humana de compañía ha resultado ser más difícil. Sin embargo, la aparición de robots en geriátricos, escuelas e incluso en el living de las casas está agregando combustible a las fantasías de ciencia ficción de que podemos depender de ellos.

Como una zooterapia sin la mascota, Paro ofrece beneficios para pacientes que son alérgicos. No necesita que lo limpien ni que lo alimenten. No muerde y, en algunos casos, puede ser una alternativa a la medicación en pacientes que están deprimidos.

En Japón ya se vendieron unos mil Paros. En Dinamarca, los médicos están tratando de cuantificar sus efectos en la presión sanguínea y otros indicadores de estrés. Pero algunos son críticos de su papel: ven su uso como un signo del bajo estatus que tienen las personas mayores, especialmente los que padecen demencia. A medida que la tecnología mejore, argumenta Sherry Turkle, psicóloga del Massachusetts Institute of Technology, cada vez será más tentador sustituir la presencia humana por la de Paro y los de su tipo. "Paro es el comienzo -dijo-. ¿Y luego qué? ¿Un robot le leerá a tu hijo? ¿Le contarás tus problemas a un robot? ¿Quiénes, entre nosotros, serán suficientes como para merecer la atención de personas?

Fuente: La Nación.

Mi opinión: Me parece que en cuanto a tecnología estamos creciendo muchísimo, y eso puede servir para muchas áreas de trabajo, pero yo creo que el contacto humano no puede reemplazarse por una máquina. Qué mejor para aquellas personas que se sienten mal que una persona (ya sea familiar, amigo, o un desconocido) se acerque a escuchar, a charlar, o a dar un abrazo.

Falleció el poeta Horacio Castillo

Fue miembro de la Academia Argentina de Letras, ensayista y traductor de autores griegos.

Jesús Cornejo


De la corresponsalía de La Plata



LA PLATA.- Falleció ayer, a los 76 años, el reconocido poeta Horacio Castillo. Escritor, crítico, ensayista, traductor, abogado y miembro de número de la Academia Argentina de Letras y correspondiente de la Real Academia Española, estuvo marcado por el mundo y las letras griegas.

Opinaba que los occidentales han buscado el misterio en la oscuridad, mientras que los griegos lo han buscado en la luz: "Pertenezco, culturalmente, al mundo occidental de lo oscuro, y la frecuentación del mundo griego, empezando por su luminosa lengua, me ha permitido abrir una brecha y experimentar la transparencia, que hace visible lo esencial".

Comenzó a publicar sus poemas a principio de los 70. Su primer libro fue Descripción (1971), lo siguieron: Materia acre (1974), Tuerto rey (1982), Alaska (1993), Los gatos de la Acrópolis (1998), Cendra (2000), Música de la víctima y otros poemas (2003) y Mandala (2005). Este última cierra su período lírico, que fue reunido en varios volúmenes, entre ellos: La casa del ahorcado (1974-1999) y Por un poco más de luz (1974-2005).

Sus obras fueron traducidas al francés, inglés, portugués e italiano. Nacido en Ensenada, recordado por su serenidad, de rasgos marcados y palabra clara, aseguraba que la poesía es el instrumento de lo que nos excede. "La poesía es una forma de percepción de lo indecible, del misterio de la vida o, si no resulta demasiado pretencioso, de lo que se llama filosóficamente el ser".

Conoció a temprana edad a Ricardo Rojas y en Chile, a Pablo Neruda. En España se relacionó con Vicente Aleixandre. Y mantuvo correspondencia con el poeta griego y premio Nobel de Literatura (1979) Odysseas Elytis, de quien tradujo varios libros al castellano.

Entre sus traducciones de poesía griega figuran Epigramas de Calímaco (1979); Poemas de Odysseas Elytis (1982); María la Nube de Odysseas Elytis , en colaboración con Nina Alghelidis (1986); Romiosini y otros poemas , de Yannis Ritsos (1988), y Poesía griega moderna (1997).

En 2001 fue declarado ciudadano ilustre de La Plata y su obra obtuvo diversos reconocimientos, entre ellos el Premio Konex-Diploma al Mérito (1993) y el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes por traducción literaria (1988).

Su obra marcó a escritores argentinos y españoles, que en las redes sociales lo recordaron: "¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos? Bebíamos al atardecer el vino de los ciegos, soñábamos todavía con un bosque de orquídeas. ¿Qué es aquello? Arena. ¿Qué es aquello? Niebla" (fragmento: Tren de Ganado ).

Fuente: La Nación.

domingo, 4 de julio de 2010

Una compañía para poder atravesar las crisis vitales

Agustina Lanusse


Para LA NACION


Carmen, de 37 años, perdió a su hijo de 3 en un accidente de auto. Desolada, comenzó terapia y cursos de meditación para poder afrontar el dolor inmenso que sentía. "La angustia era inconmensurable. Durante un año, me quedé tirada en mi cama mirando el techo. Salir a la calle me producía taquicardia", cuenta. La terapia y la compañía de sus amigos la ayudaron, pero no fue suficiente. Pasaron dos años, y Carmen seguía sintiendo una depresión que la anulaba.

"Un día me hablaron de Silvia, una acompañante espiritual que me podría ayudar y algo resonó en mí. Yo no era de rezar ni de ir a misa los domingos, pero intuí que ese camino sería liberador. Y me lancé de lleno. La llamé y comencé a pautar encuentros con ella cada quince días. A partir de conocer a Silvia, empecé a resucitar. Silvia irradiaba y desparramaba una luz que me contagió y me llenó de vida. Con ella pude abrir más mi corazón, me entregué en sus manos. Y sentí un consuelo y un amor inexplicables."

El caso de Carmen es uno de los tantos que reciben a diario los cientos de acompañantes espirituales que trabajan en el país. El fin que persiguen es uno: lograr la salud espiritual del acompañado. A través de encuentros mensuales y gratuitos -es el formato más común-, el acompañante recibe a la persona que requiere su servicio, lo escucha y le propone caminos nuevos.

El acompañamiento está en manos de laicos especializados (abogados, arquitectos, empresarios) o religiosos, y el servicio que prestan es para todos: hombres de fe o no; católicos, judíos o agnósticos; jubilados, desempleados o jóvenes exitosos. "Intentamos dar respuesta a todo aquel que toca nuestra puerta. Nuestra misión es escuchar sus problemas, acogerlo y acompañarlo en su búsqueda de bien y de verdad", aclara Inés Ordóñez de Lanús, directora del Centro de Espiritualidad Santa María (CESM) y pionera en el país en la formación de acompañantes espirituales.

Según se afirma, las personas necesitan cada vez más ser escuchadas de manera individual y personalizada. Quieren compartir sus vidas y consultar temas en encuentros cara a cara. El acompañamiento se ha ido especializando y hoy el servicio se presta para casos de duelos, crisis laborales, enfermedades terminales, divorciados y vueltos a casar y homosexualidad, entre otras realidades.

"A diferencia de la psicoterapia, que busca la salud mental de la persona, el acompañamiento persigue la salud espiritual. Ayuda a que el hombre descubra el sentido de su vida, lo pone en contacto con su energía y fuerza vital más honda que mana del espíritu. Colabora para que el otro encuentre y despliegue sus deseos y pasiones humanas, integrando sus dimensiones biológica, histórica, psicológica, corporal, social y trascendente. Quien se acerca puede o no ser creyente", agrega Ordóñez.


Experiencias

Con el fin de capacitar y dar impulso a esta tarea que crece en el país -la formación de cuatro años que brinda el CESM a los acompañantes comenzó hace 16 años con 40 alumnos y hoy cuenta con más de 600-, este centro organizó recientemente el Primer Congreso de Acompañantes Espirituales Hispanohablantes.

Más de 400 laicos y religiosos de México, Perú, Chile, Colombia, Paraguay, Uruguay y la Argentina escucharon a destacados empresarios (Jorge Born contó su experiencia de nueve meses en cautiverio), psiquiatras, políticos y académicos.

Una de las invitadas fue la diputada Gabriela Michetti. "En un espacio tan hostil como la política, hacen falta acompañantes que nos ayuden a canalizar la angustia que nos produce la competencia destructiva. Los políticos precisamos sostén y redes para nutrirnos y fortalecernos para trabajar por el bien. El acompañamiento espiritual en mi ámbito debería ser un trabajo artesanal, de uno a uno", dijo.

Como oradores centrales estuvieron la teóloga española Dolores Aleixandre; el sacerdote jesuita guatemalteco Carlos Cabarrús; el rector de la UCA, Víctor Fernández; el rabino Sergio Bergman y la propia Ordóñez. Aleixandre insistió en cuatro verbos para ejercer esta tarea: salir del propio universo; escuchar al otro; preguntar (¿qué puedo hacer por vos?, ¿qué creés que esta situación que estás atravesando te quiere mostrar?) y proponer caminos.

Fuente: La Nación.

La música puede cambiar la vida

Ser parte de una orquesta enseña a los chicos a trabajar en grupo, tener hábitos de estudio y lograr objetivos.

Laura Casanovas


LA NACION


Hasta los 18 años, cuando Macarena escuchaba el sonido del violín en una grabación musical le parecía un instrumento inalcanzable. Hoy, cuatro años después, el violín no sólo es parte de su actividad cotidiana, sino que la música le cambió la vida.

"Pienso en todo lo que logré gracias a la música y no lo cambio por nada. No imagino la vida sin la orquesta." Macarena Mendoza, de 22 años, se refiere a la orquesta sinfónica juvenil que funciona en la Escuela N° 501 de Florencio Varela, en la cual es violinista desde hace cuatro años. Es una agrupación que reúne a 65 chicos de entre 9 y 24 años, cuya sonoridad LA NACION pudo disfrutar durante uno de sus ensayos.

Es uno de los grupos que forman parte del programa Orquestas y Coros para el Bicentenario, que hace dos años puso en marcha el Ministerio de Educación nacional, destinado a escuelas ubicadas en zonas de alta vulnerabilidad social de todo el país. La iniciativa propone a la música como herramienta de transformación social para mejorar el acceso de los alumnos a los bienes culturales, tender puentes hacia la reinserción en la escuela, colaborar en la retención escolar y estimular el contacto y disfrute de la música.


El desafío de poder

La orquesta de Florencio Varela, que comenzó en 2005, pertenece a la Dirección General de Escuelas bonaerense y trabaja en articulación con el programa del Ministerio nacional. Se trata de un proyecto que incluye varias orquestas además de la sinfónica juvenil, como la sinfónica infantil, la de jazz y la de tango, más un coro de niños, otro de adolescentes y adultos, y un taller de luthería. La propuesta está bajo la conducción del director Osvaldo Aguilera, que comenzó hace tres años con 15 alumnos y ya suma 800.

A Osvaldo, un hombre de hablar pausado y sereno, los chicos de la sinfónica juvenil lo adoran. Porque, cuentan los jóvenes, siempre que les da una partitura difícil les dice que les va a salir, que es un desafío. Y les sale. "En la orquesta los chicos se dan cuenta de que pueden y llegan a tocar cosas de gran complejidad, como la ópera Fidelio ", contó el director.

Por su parte, el músico Claudio Espector, impulsor de las orquestas juveniles desde hace varios años, y coordinador del programa del Ministerio nacional, sostuvo: "Los chicos más carentes están estigmatizados que no pueden aprender, pero en la orquesta aprenden", dijo, y señaló que la experiencia muestra que, además, aumenta la concentración de los chicos y su compromiso con la escolaridad.

Tanto Espector como Aguilera destacaron la importancia de que la enseñanza esté dada por profesionales del más alto nivel que descubren, en el vínculo con los chicos, vocaciones muy fuertes de ser músico. "Los chicos perciben cuando la oferta es profunda y no superficial, y eso genera que los cambios se vean", comentó Aguilera.

Cuando los chicos se acercan no tienen instrumentos ni formación musical, en general. "La orquesta es conocer un mundo nuevo", dijo Alejandro González, de 21 años, que comenzó en 2007, y toca el trombón. El joven, que tenía una base musical, destacó los valores humanitarios que prevalecen en la orquesta de Florencio Varela. Y, en la actualidad, trabaja en una escuela de música. También Macarena enseña en una escuela y comentó que le "encanta" tanto hacerlo que no lo llama trabajo.

Ailén Mendizábal tiene 15 años y le pareció "bonita" la flauta traversa. "Cuando empecé me dieron nada menos que La primavera, de Vivaldi", contó con mucho entusiasmo esta adolescente que marca el antes y el después de la orquesta: "Ni me acuerdo de lo que hacía antes; creo que miraba mucha tele en mi tiempo libre". Su objetivo es "llegar a ser una gran flautista y ayudar a otros a que lo sean".

Otra de las características de las orquestas es que los chicos que avanzan puedan acompañar el proceso de aprendizaje de los que comienzan.


Un cambio familiar

El programa de las orquestas se propone involucrar a la familia y a la comunidad. Y lo logra. No sólo porque se presentan con su música en instituciones y sociedades de fomento, sino porque los padres participan. "Acá estimulan a los chicos para aprender. Es como la escuela soñada, y la comunidad es parte", expresó Graciela Gutiérrez, madre de un adolescente que estudia violonchelo.

Soledad Noferi llegó a la orquesta de Florencio Varela en 2005 al llevar a su hija a aprender violín. Después se sumaron sus otros dos hijos. "La orquesta tiene algo maravilloso y es que, por ejemplo, acá no se miran marcas de ropa. Acá se valoran otras cosas", destacó. Tanto ella como Graciela son parte de una fundación que formaron los padres para prestar su servicio y apoyo a la orquesta.

Lautaro Becerra tiene 19 años, toca el contrabajo desde hace un año y medio y ya forma parte del grupo de músicos que fueron seleccionados de las distintas orquestas juveniles de todo el país para ofrecer conciertos en distintos lugares. Este mes estarán en Córdoba y la región de Cuyo y, en octubre, en la Patagonia.

Las sonrisas de los chicos resumen todo.

Fuente: La Nación.

sábado, 3 de julio de 2010

Pedagogía Montessori, un método revolucionario.

La pedagogía Montessori tiene una larga y sólida trayectoria, pues esta funcionando desde hace más de noventa años siendo María Montessori su impulsora.

Inicios del método Montessori


La Dra. Montessori, primera mujer médico de Italia, empezó a trabajar con niños considerados mentalmente perturbados alrededor de 1.900, percibiendo que el potencial de estos niños podía ser desarrollado consiguiendo tener una vida mejor. Es entonces cuando decide dedicarse a los niños.

María Montessori creó la primera Casa de los niños en Roma en 1907.

En 1913 hubo un intenso interés por su método en Norteamérica, y con el tiempo se estableció la Sociedad Americana Montessori.

Hoy existen más de 22.000 escuelas Montessori repartidas por todo el mundo.


Bases de la pedagogía Montessori

Con la consigna "aprender haciendo", el niño en clase mete mano a todo. "Si oigo, olvido. Si oigo y veo, recuerdo. Si oigo, veo y hago, aprendo".

El método Montessori se basa en la facilidad que tienen los niños para absorberlo todo, son verdaderas esponjas, aprendiendo muchas cosas de una forma espontánea.

Con este método los niños pueden aprender a leer, escribir, contar y sumar antes de los 6 años.

La Dra. Montessori basó sus ideas en el respeto al niño y a su capacidad para aprenderlo todo. No se debe moldear a los niños, se les debe dar la oportunidad de aprender utilizando la libertad, con lo que se conseguiría que el niño llegase a adulto con la capacidad de hacer frente a los problemas de la vida.

Una de las premisas más importantes de la pedagogía Montessori es que se debe amar y respetar al niño como persona siendo sensibles a sus necesidades.


¿Cómo funciona el método Montessori?

Los niños son animados a tomar sus propias decisiones.

Los alumnos participan activamente en el proceso de enseñanza aprendizaje.

La maestra desempeña un papel sin obstáculos en la actividad del salón

Los grupos están integrados por niños de diferentes edades.

Cada niño escoge el trabajo que más le interesa de acuerdo a sus habilidades.

La enseñanza individualizada y en grupo se adapta a cada estilo de aprendizaje según el alumno.

La pedagogía Montessori anima a la autodisciplina y a que los niños colaboren y se ayuden mutuamente.

El alumno se puede mover libremente por el espacio de la clase.

El niño marca su propio ritmo de aprendizaje.

No se incita a la competitividad.

Ayudar a los padres a entender el método y colaborar en el proceso de aprendizaje de los niños.

¿Qué consigue la aplicación de la pedagogía Montessori?

Con este método de trabajo se consigue que los niños aprendan a trabajar independientemente o en grupos. Desde muy pequeños se les ha motivado para que tomen sus propias decisiones, aprendiendo a resolver problemas y a escoger alternativas.

Los niños tienen una gran autoestima y han desarrollado la confianza necesaria para enfrentar los retos que se les puedan presentar.


Elia Arcas
http://www.enbuenasmanos.com/

Ansiedad y adicción a las drogas: adolescentes en peligro

Cada vez hay más estudios que concluyen la relación que hay entre altos niveles de ansiedad y adicción a las drogas así que toda prevención es poca.


 
¿Tienen los jóvenes más ansiedad que los adultos? Por qué?


 
Los adolescentes y jóvenes en general suelen tener altísimos niveles de ansiedad ya que están tratando de ubicarse en la vida. Se dan cuenta que deben buscar su espacio y que ya deben de plantearse qué quieren ser de mayores o que deben de empezar a buscar trabajo.

 
La influencia del grupo de amigos también es muy alta y suele haber una gran competitividad entre ellos (el que más liga con las chicas, el más temerario, el que corre más con la motocicleta, el más guapo, etc.)

 
Los modelos de referencia que tienen en la televisión tampoco les ayuda ya que parece que si no eres guapo, delgado, rico y con "glamour"... no eres nadie.

 
No existes ya que nadie se fija en ti.

 

 
¿Qué relación hay entre ansiedad y adicción a las drogas?

 
La inquietud por ese futuro incierto les hace buscar formar de desahogarse, de evadirse y, aunque sea por un momento, ser otro o estar en otro sitio. Muchos jóvenes buscan en la mezcla de alcohol y drogas el modo de liberar esa adrenalina acumulada.

 
Los cambio hormonales tampoco ayudan al equilibrio emocional ya que, por un lado, se sienten, erróneamente, suficientemente adultos como para controlar esa forma de desahogarse pero, a la vez, aumenta su ansiedad por temor a donde les puede conducir todo eso.

 

 
¿Qué podemos hacer?

 
Hay aspectos básicos para evitar ese binomio ansiedad y adicción a las drogas:

 

 
  • Favorecer en casa un clima de diálogo donde puedan expresar libremente cómo se sienten sin que les juzguemos.


  • Incentivar la práctica de cualquier deporte ya que suele ser una buena vía para descargar tensiones y ayuda a relacionarte con gente que también busca una vida más sana.

  • Ayudarle a encontrar formas de relajación. Cualquier técnica que ayude a controlar la respiración disminuye la ansiedad y favorecerá siempre el autocontrol.

  • Buscar aficiones que mejoren nuestra autoestima y den más alicientes a nuestra vida.


  • Para evitar la ansiedad y adicción a las drogas deberíamos enseñarle a buscar ayuda siempre que no se sienta bien. Saber que siempre hay alguien que te puede ayudar (padres, amigos, terapeutas, etc.) y aprender a pedir esa ayuda ya es un paso muy grande.

 
Nuestro ejemplo es vital

 
Que nuestro hijos vean que disfrutamos de la vida con la familia, los amigos, con la naturaleza, con nuestras aficiones y el deporte es sin duda un punto vital para evitar esa relación tan desastrosa que es ansiedad y adicción a las drogas.

 

 Conclusión

 
Hemos de transmitirles que lo más importante en la vida es evitar la dependencia de nada ni de nadie. Esa libertad no tiene precio y para muchas personas, por desgracia, las drogas se convierten en una cárcel de la que nunca podrán salir.

 

 

 Josep Vicent Arnau

 Naturópata y Acupuntor

Colaborador de enbuenasmanos.com
 

 

Padres que reemplazan al Estado

Cada vez más cooperadoras escolares recaudan fondos adicionales y realizan las reparaciones en los edificios.

Julieta Molina


LA NACION

"Se cayeron pedazos del edificio, de 5 kilos, desde 6 metros de altura y en el área de jardín", resumió el incidente del mes pasado la rectora del colegio Mariano Acosta, Raquel Papalardo. "Y eso que tenemos una cooperadora muy bien organizada. Incluso hay una comisión técnica de padres que son arquitectos e ingenieros y que dan las recomendaciones a Infraestructura del gobierno porteño sobre las obras que deben ejecutarse", agregó.

Las cooperadoras escolares han sido siempre parte importante de las comunidad educativa. Reciben subsidios del Estado y poseen autonomía para organizar actividades para recaudar dinero. Pero, en los últimos años, la necesidad de su actividad se ha tornado indispensable para garantizar las condiciones de mantenimiento en las escuelas.

Así, las cooperadoras se ocupan de comprar anafes para calentar comida, de recaudar dinero cuando los subsidios no alcanzan y hasta de la ejecución de obras de infraestructura fundamentales. Sin embargo, la capacidad de recaudación e iniciativa de las cooperadoras depende del nivel socioeconómico de las comunidades: en los sectores más pobres, es difícil convocar a los padres o que aporten el bono contribución mensual.


Según el gobierno porteño, hay 717 asociaciones cooperadoras en la ciudad y 715 edificios, en los que funcionan 1300 escuelas. Las comisiones directivas deben estar integradas por al menos 7 miembros y los alumnos pueden aportar el bono contribución mensual de hasta 10 pesos.

Ayer se realizó un abrazo simbólico al colegio Mariano Acosta, en Balvanera, aunque las autoridades reconocieron que el Gobierno porteño presentó un plan de trabajo para resolver "el histórico problema edilicio" del establecimiento.

Una nota para los padres de la Escuela N° 20 del distrito escolar 14 enviada este año pide más colaboración. El motivo: la impermeabilización de 450 metros cuadrados de la terraza, por un total de $ 15.050. Los reclamos por filtraciones hechos al gobierno de la ciudad y al Ministerio de Educación porteño comenzaron en 2006.

"Durante todo 2009 estuvo clausurada el aula de 6° grado y esos alumnos cursaron en la biblioteca. También se clausuró la sala de informática por goteras y en las horas de esa materia los chicos trabajaban para otras asignaturas. La biblioteca no se usó en todo el año y los chicos no tuvieron informática en una escuela especializada en tecnologías de la información y comunicación", explicó a La Nacion la presidente de la cooperadora, Andrea Diano.

Con la idea de no atravesar un 2010 en las mismas condiciones, la comunidad educativa se juntó un sábado; contrataron un volquete y pasaron el día limpiando la azotea, entre unas 40 personas. "Si no ponemos el hombro, la escuela se viene abajo. Hay una clara falencia en lo que respecta al Gobierno", resumió Diano. Sólo en 2009 la escuela recibió 20 visitas de representantes de Infraestructura, enviaron una carta al Ministerio de Educación, firmada por 230 personas, y realizaron numerosas gestiones. El resultado fue nulo.

En diálogo con La Nacion, el titular de la Unidad de Apoyo a la Comunidad Educativa porteña, Max Gulmanelli, no consideró que las cooperadoras de padres estén teniendo un rol más activo. De hecho, lanzó una convocatoria "a los padres que tienen que trabajar mucho en las cooperadoras para reforzar el vínculo con el ministerio, ya que las puertas están abiertas".

"Sí, es verdad que nos escuchan, pero no se refleja en los actos. Es un diálogo de sordos; todo sigue siempre igual", respondió Diano.

Cuando hay necesidades no previstas en los subsidios, dijo Gulmanelli, la escuela debe hacer el reclamo, personal de Infraestructura inspecciona la situación y se procede a presupuestar, licitar y ejecutar la obra.

Otro colegio donde la cooperadora es motor de numerosos reclamos es la de la escuela Nicolás Avellaneda. Hace menos de dos meses, organizaron una original manifestación: con una torta y canciones, se celebraron los 600 días sin salida de emergencia. Cuando hicieron el último reclamo, a principios de junio, la respuesta oficial fue: "No hay plata". La presidenta de la cooperadora de colegio, Marcela Castañeda, resumió: "Hemos ganado espacios a fuerza de organizarnos pero muchas veces no tenemos ni tiempo ni ganas de encargarnos". Todos los padres que participan en las cooperadoras trabajan y los mails y conversaciones telefónicas sobre sus escuelas insume mucho tiempo.

El frágil esquema de la cotidianidad de la escuela pública se evidencia en colegios donde las cooperadora no logran organizarse o donde los padres no aportan la cuota. La escuela 8 del distrito escolar 11 posee 310 alumnos, pero recolecta un aproximado de $ 700 mensuales, lo que equivale al 22% del total. "El problema de depender tanto de las cooperadoras es que se siente más la necesidad en las escuelas que menos tienen. Donde más recursos faltan, menos participan los padres y se genera un doble perjuicio para los chicos", sintetizó una docente.

SUBSIDIOS COMPLICADOS

Según el Ministerio de Educación porteño, los montos de los subsidios que se entregan a las cooperadoras ?para mantenimiento, equipamiento, transporte y material didáctico? se calculan sobre la base de la superficie del edificio, la matrícula y el nivel educativo. Se entregan en cuotas tras haberse rendido los gastos del año anterior, lo que a veces causa demoras. En la cartera educativa afirman que hay unas 40 escuelas porteñas "con dificultades en la rendición de gastos", en parte debido a la complejidad del sistema contable que se utiliza, según reconocen las propias autoridades.

Fuente: La Nación.

jueves, 1 de julio de 2010

Pedagogía Waldorf

Este método de enseñanza fue creado en 1919 por el filósofo Rudolf Steiner, quien fundó una escuela en Alemania para desarrollar este sistema, respondiendo al requerimiento del director de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, quien se interesaba por la educación de sus empleados.

Se basa principalmente en acompañar al individuo desde niño, en sus distintas etapas evolutivas mediante una educación integral.

Esta metodología ha sido reconocida por la UNESCO y se ha difundido por todo el mundo. En Argentina existen unas diez instituciones en Buenos Aires y otras en Córdoba, Carlos Paz, Villa General Belgrano, Neuquén y Bariloche.

Los contenidos que se enseñan en estas escuelas incluyen no solamente lo que dispone la enseñanza oficial sino también conocimientos artesanales y técnicos.

La diferencia más notable de este tipo de educación es la forma de evaluación, ya que se evalúa el proceso de aprendizaje día a día y no se expone al alumno a situaciones de examen; y por otro lado la forma diferente de ejercer la autoridad.

La calificación de los alumnos es conceptual hasta los doce años, posteriormente se realizan calificaciones pero siempre teniendo en cuenta el concepto.

La dirección de estas escuelas es colegiada ya que un consejo de maestros son los que tienen a su cargo los asuntos de la escuela.

Los padres pueden participar activamente aportando sus ideas en todo momento.

Los alumnos no usan uniformes y las clases se dividen por épocas.

El mismo maestro acompaña a los mismos alumnos durante varios años, para conocer bien a cada niño y poder percibir de cerca qué es lo que cada uno necesita para aprender, teniendo en cuenta las capacidades individuales.

Esta metodología resulta ideal para niños con dificultades de aprendizaje o necesidades especiales.

El sistema Waldorf se divide en tres períodos de siete años cada uno, el primero es el de la infancia hasta los siete años centrado en el desarrollo físico, el segundo, que corresponde a la infancia media, desde los siete a los catorce años, que abarca el conocimiento del mundo mediante el desarrollo de la imaginación y el tercero, durante la adolescencia, que se ocupa de la maduración de la personalidad y de la capacidad intelectual del individuo.

Los primeros siete años se realizan actividades que se relacionan con los sentidos y el desarrollo del cuerpo. Se amasa pan, se muelen granos, se hacen meriendas, se pinta con acuarelas, se hacen manualidades etc., y se trabaja y se juega con elementos totalmente naturales.

El objetivo de la segunda etapa es el niño en el mundo. Se abordan las distintas asignaturas individualmente asignándoles un período de tiempo a cada una de ellas para profundizarlas y percibirlas desde distintos puntos de vista, en forma convencional y por medio de imágenes, fomentando las actividades artísticas, físicas y prácticas, como el tallado, juegos didácticos, tejidos de todas clases, y música.

En el deporte se practica natación y atletismo.

En la tercera etapa se incentiva el pensamiento autónomo y la búsqueda de lo esencial. Se aprende computación y el idioma alemán como segunda lengua con la posibilidad de realizar viajes de intercambio a Alemania, Estados Unidos o Inglaterra.

En esta etapa se aprende a trabajar la madera, a coser a máquina, tejido con telares, artesanías en metales, alimentación, cestería, expresión corporal, escultura, restauración, encuadernación, escultura, arte cinematográfico, teatro, electricidad, confección de calzado, etc.

Los jóvenes tienen la oportunidad de expresarse protagonizando una obra de teatro al terminar el ciclo académico.

Se realizan en todas las épocas campamentos y se practican una gran cantidad de deportes.

(Fuente:La Guía 2000-Internet)

"Para educar a un niño hace falta una aldea"

Un viejo dicho africano dice que "para educar a un niño, hace falta una aldea". Muchos especialistas en educación argentinos creen lo mismo.

Por ejemplo, la poeta, escritora y ensayista Olga Drennen, con una rica trayectoria en la enseñanza y producción de literatura infantil y juvenil (su último libro publicado es Cómo escribir para chicos, Longseller), integrante del grupo de escritores que trabajan con el Ministerio de Educación de la Nación, en la Campaña Nacional de Lectura, coordinada por la escritora Margarita Eggers Lan, que busca, desde 2008, promover la lectura en voz alta, porque "los chicos necesitan modelos adultos lectores". Para Drennen, "lo que está en crisis es la comprensión de textos, y muchas veces lo que los chicos encuentran en la escuela, que es un motor fundamental de lectura, es una lectura eferente, es decir, la que dan los libros de texto, los diarios, hasta los instructivos, pero no la lectura estética, aquella que se hace por gusto y por elección. Porque entre los derechos del niño lector está, también, el de no leer".

La campaña abarca toda la Argentina: chicos de primaria y secundaria, pero también universitarios y alumnos de los profesorados, agrupados por edades. Narradores e ilustradores leen en voz alta cuentos, poesías, fragmentos de novelas. En cuanto a los temas, son muy bien recibidos el terror y el misterio. "Se acopla bien con la velocidad con que vivimos -reconoce Drennen- esa sensación de vértigo que da el miedo. Pero también, en mi experiencia personal, tiene mucho éxito la poesía. Con los adolescentes, se puede trabajar muy bien un poeta adulto como Francisco Luis Bernárdez, por el tema del amor y del pudor de los sentimientos."

En el ámbito privado, se destaca el trabajo de los integrantes de la organización educativa Casa de Letras. Después de casi nueve años de dictar narración oral y escritura narrativa, Blanca Herrera y Carlos Lutteral enseñan a desarrollar la lectura, la escritura y la narración oral de una manera diferente en el primer Programa de Formación Integral en Literatura Infantil y Juvenil, que comenzaron a dictar este año. También para ellos, la palabra hablada es fundamental: "Crea vínculos, imágenes, no es solitaria y prepara el terreno para comprender lo que se leerá más tarde, ya sin la apoyatura de las ilustraciones y la letra grande", apuntan.

La experiencia de narrar cuentos en escuelas públicas del conurbano bonaerense, con adolescentes "de casas sin libros y con serios problemas de conducta", les demostró que un cuento como "El tiesto de albahaca", de Bocaccio, no sólo podía ser apreciado y disfrutado, sino también estimulaba a esos mismos chicos a querer escribir ellos también, aunque no estuviera en la consigna.

"Eran historias fantásticas, realistas, de humor, de terror, que acercan la posibilidad de explorar mundos lejanos y ajenos, y con un efecto dominó, porque luego ellos les cuentan a sus padres esas historias." El resultado final fue un enriquecimiento del vocabulario, aumento del pedido de libros en bibliotecas, el entusiasmo por escribir e inventar, y la adquisición de destrezas en el uso del lenguaje narrativo.



G. M.

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sábado, 26 de junio de 2010

LA LIBERTAD

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